Lawrence de Arabia la bautizó cómo La Atlántida de las Arenas, una legendaria ciudad perdida en el sur del desierto arábigo, que pudo haber sido destruida por un desastre natural o por la ira De Dios, tras más de tresmil años de fortuna y gloria. Su búsqueda fue popularizada por el libro La Búsqueda de la Ciudad Perdida de Ubar de Ranulph Fiennes.
Menciones a La Atlántida de las Arenas
Esta ciudad es mencionada en un gran número de obras, cómo Las mil y una noches, o por autores cómo Lovecraft en su historia del Necronomicón, siendo uno de los lugares visitados por su poeta ficticio Abdul Alhazred.
Esta antediluviana urbe también es protagonista en el videojuego Uncharted 3, en el que se plantea que el afamado pirata Sir Francis Drake llegó hasta la ciudad tomando un desvío mientras navegaba dando la vuelta al mundo, escondiendo un gran tesoro entre sus ruinas para después hacer desaparecer las pruebas de su viaje, así cómo las evidencias que llevaban a esta singular Atlántida de las arenas.
Incluso el Corán la menciona como Iram de los Pilares o La Ciudad de Los pilares, castigada por Alá, siendo un reflejo de lo que representan las ciudades de Sodoma y Gomorra para el cristianismo, y sufriendo el mismo destino fatídico.
“El pueblo que mostró animosidad hacia Hud y se rebeló contra Dios fue destruido. Una terrible tormenta de arena aniquiló al pueblo de ‘Ad como si «nunca hubiese existido»”.
Relató del Corán
DESCUBRIMIENTO ARQUEOLÓGICO SORPRENDENTE
Los probables restos de la ciudad de Ubar fueron descubiertos a principios de la década de 1990 por el arqueólogo aficionado Nicholas Clapp inspirado por el libro «Arabia Félix» publicado en 1932 por el investigador Inglés Bertram Thomas.
Thomas tuvo constancia de que los beduinos conocían a esa ciudad por el nombre de «Ubar», y dejó constancia de ello tras realizar expediciones al sur del desierto arábigo, convirtiéndose en el primer europeo en cruzar el Rub ‘al Khali entre 1930 y 1931.
Los beduinos del desierto le mostraron a Thomas caminos antiguos y le dijeron que conducían a la legendaria ciudad. El inglés mostró gran interés en el tema, pero murió antes de poder completar su investigación.
Nicholas Clapp tomó entonces el relevo, basándose a su vez en unos antiguos mapas del conocido geógrafo Claudio Ptolomeo en el 200 d.C. y los comparó con unas rutas reveladas por los satélites de la NASA. Así fue como descubrió qué los senderos mostrados en el mapa se correspondían con los señalados por los Beduinos y con las imágenes de la NASA. Dichos senderos conducían a un amplio solar dónde yacen las ruinas de una antigua ciudad conocida como Ubar.
Existen fuertes evidencias de que Iram de los Pilares forme parte de La Atlántida de Las Arenas. En las excavaciones se encontraron antiguas torres que se corresponden con las descripciones de la ciudad mencionadas en el Corán, aunque esto es aún materia de debate. Su ubicación se sitúa en el territorio de la actual Omán.
Declive
Al parecer la ciudad encontró la ruina debido a su gran desarrollo, puesto que estaba construida sobre un lago subterráneo que servía para el suministro agua a la ciudad, y el crecimiento de la urbe conllevó el paulatino vaciado del acuífero y la pérdida de la humedad en la arcilla colindante. Finalmente se produjo su derrumbe, tragándose en una sola noche la mayor parte de la ciudad, aunque se han conservado parte de las grandes torres y la muralla circundante.